Evolucionar y Ser Juzgados: El Precio del Crecimiento Personal

Con el tiempo, todos vamos cambiando. Nuestros gustos, nuestras metas y, sobre todo, nuestras amistades evolucionan. Lo que un día nos parecía perfecto, años después puede que ya no encaje en nuestras vidas. A veces, las personas que solían estar siempre a nuestro lado toman caminos distintos, y sin darnos cuenta, nos encontramos con nuevos amigos, nuevos pensamientos, y nuevas formas de ver el mundo. Y, aunque es un proceso completamente natural, es común ser juzgados por ello.

Es increíble cómo la vida nos va moldeando. Lo que pensábamos a los 20 no es lo mismo que pensamos a los 30 o 40, y está bien. Cambiar de opinión no es señal de debilidad, es señal de crecimiento. Sin embargo, a menudo nos encontramos con personas que no entienden este proceso y nos critican por "haber cambiado". Quizás ese amigo de la infancia ya no encaja con quien somos hoy, o esa creencia que teníamos hace unos años ya no resuena con nuestra nueva forma de ver la vida. ¿Es esto malo? ¡Para nada! Pero muchas veces nos sentimos presionados a permanecer en lugares o relaciones por el simple hecho de no querer ser juzgados.

La verdad es que el cambio es inevitable y necesario. Las amistades que de verdad valen la pena son aquellas que crecen contigo, que entienden tus transformaciones y las aceptan. Aquellas que te juzgan o te hacen sentir culpable por evolucionar probablemente ya no forman parte de la versión más auténtica de ti mismo. Al final, lo importante es ser fiel a quién eres en cada etapa de tu vida, sin miedo a los juicios ni a las críticas.

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